martes, 12 de mayo de 2009

Seres de Luz

Se entiende por luz lo que nos aparta de la oscuridad, lo que nos hace percibir el todo, lo que levanta el velo de lo opaco.
La luz es una herramienta enorme que nos acerca al conocimiento desde lo más íntimo, con implicaciones absolutas a nuestra individualidad hasta lo más global de la humanidad, al mundo exterior.

¿De dónde viene la Luz?
No reside del exterior.
Está en nuestros seres, venimos al mundo con ella, está en cada centímetro de nuestra piel, en cada parte de nuestras células, en nuestra anatomía, pensamiento, emoción, reacción… ¡En todo!
La llevamos con absoluta amplitud a través de nuestra estructura densa y pesada que es nuestro cuerpo para experimentar en este plano material todas las lecciones que tenemos pendientes con el propósito en común de todas ellas de encontrarla y que nuestra existencia aprenda a convivir de manera importante con ella.

Venimos de la Luz, es esa la lección.

Somos Luz, los demás lo son, incluso el individuo más antipático y el asesino más cruel, todos somos luz con unas tareas pendientes a superar en distinta magnitud cada uno de nosotros.

¿Quiénes son los Seres de Luz?
Los Seres de Luz son Seres que mucho antes que nosotros experimentaron en nuestro plano y tienen una experiencia y veteranía importante.

Son Seres que nos acompañan para que podamos tener un camino dentro de la densidad de la materia pero con un acompañante indisociable que es el espíritu.

Nos llevan a un estado alto de consciencia, mejor dicho nos llevan a la consciencia superior.

Son Luz y suministran Luz sin límite, sin medida, esperando que la pidamos, que la queramos sentir, notar.

Nosotros nos movemos en la Tercera Dimensión, hasta ella todo es conocido por nosotros, no hay secretos para ninguno.

Ellos se mueven en dimensiones superiores. Hay hasta Siete que sepamos. Se adaptan a nosotros para que les podamos captar, hacen el esfuerzo de densificarse hasta el punto para resultar accesibles a nosotros.

Los conocemos como guías, son los que nos acompañan desde el nacimiento hasta la muerte y los hay que refuerzan situaciones determinadas que podemos vivir. Son parte de la fuente (Luz) y son portadores, aceptando las normas de este intercambio, nos iremos adentrando poco a poco en su mundo.

Los Seres de Luz están también en un proceso concreto de evolución pero en otros planos y a otros niveles que nosotros no somos capaces de comprender. Han alcanzado un nivel muy alto de espiritualidad y ya no se reencarnarán en la materia, ya lo tienen superado desde hace muchísimo tiempo.


Para captar y sentir mí guía…
El guía no se manifiesta por medio de nuestros cinco sentidos físicos. Las capacidades que tenemos van mucho más allá de ellos, son más ricas, numerosas.

Estos cinco sentidos físicos se nos dieron para movernos a través de la tercera dimensión, que es la material.

Podemos percibirle a través de una sensación, de una impresión, de algo que de manera espontánea aprendemos como un ‘clic’ que se despierta en nosotros, a través de una orientación, de una conversación donde la persona interlocutora nos está dando la clave de otro asunto que nos ocupa o una advertencia de algún peligro que podemos correr.

Su presencia puede ser a través de signos, lo que nos parecen coincidencias, un encuentro inesperado en un momento curioso.

Los contactos, no lo olvidemos, son energéticos y como tales es absurdo esperarlos a través de la materia. Se moverá a través de nuestra consciencia superior.

No debemos olvidar que somos dueños de nuestras decisiones y podemos tomar cualquier opción que tenga que ver o no con las directrices que recibimos. Nadie impondrá absolutamente nada porque estamos en este plano para experimentar.

El guía no puede quemar ni borrar ni redimir nuestro karma. Es un un instrumento de acompañamiento para ayudarnos en este camino con el karma que nos acompaña.

Seguir sus consejos nos llevará a experiencias realmente necesarias, donde encontraremos una armonía máxima y equilibrio.

Dejarse llevar exige fe y aceptar la exploración hacia uno mismo afrontando nuestros miedos.

Nos ayudan a situarnos en distintos campos de energía, suministrando salud a varios niveles, descubriendo la magnitud de nuestro poder y fuerza.

Escuchándoles ganamos independencia y libertad, adquirimos comprensión y coherencia.

Los Seres de Luz hablan a la parte divina de cada individuo. Cada individuo tiene un espíritu y quieren librarnos del aislamiento físico en el que nos encontramos a través de nuestro mundo terrenal.

No se trata de olvidar las raíces de uno ni de vivir como salvajes sin orden civilizado, se trata de pensar de un modo diferente, con una vibración más alta, teniendo en cuenta el conglomerado de cada ser humano y no sólo lo que se palpa a nivel material.

Ellos pretenden que funcionen todos los sentidos, es decir, los cinco que ya conocemos y todos los demás.

Nos respetarán nuestros miedos y los pactos que habremos hecho a través de ellos y nos ayudarán en el momento que decidamos superarlos.

Hay quien no quiere ver con el alma y no verá, hay quien no quiere oír, no oirá, hay quien no quiere sentir, no sentirá. No quieren que nos asustemos, ni que huyamos, por lo tanto, todo lo que nos ocurra en este nivel será absolutamente consentido por nuestro ser.

A larga, los Seres de Luz, acabarán manifestándose físicamente. Será el inicio de un período de grandes sucesos, donde la transformación global del ser humano será condición indispensable para vivir, deberemos revisar todos nuestros esquemas de desarrollo y el modo de vida.

Ahora, estamos en plena preparación para esta etapa y se puede constatar que el aprendizaje es muy rápido, casi sin descanso. La renovación de las energías fundamentales es casi un hecho y los Seres de Luz nos reorientarán con todas sus señales para que no nos perdamos.

¿Todos los seres humanos tenemos el mismo nivel de comunicación con estos Seres de Luz?
Los Seres de Luz reservan a los humanos más avanzados espiritualmente un saber específico para ayudar a sus semejantes a subir el nivel espiritual. No son unos privilegiados, tienen una ardua labor en la tierra y como contraste tienen acceso a otras dimensiones, como son la sexta y séptima en una especie de puntos particulares de una intensidad vibratoria espectacular donde reciben orientación, alimento, energía para transmitir a sus semejantes en la tierra en el modo más adecuado que lo pueden hacer.

Todos podemos llegar a tener este nivel, puesto que somos seres espirituales, pero requiere de una iniciación, paciencia y humildad.

Se trata de comunicación en dos universos muy distintos con puntos en común, que de manera bastante habitual se mantienen cerrados uno de otro.

Toda persona que quiera acceder a este otro universo va a necesitar de entrada un canal en la tierra, una especie de intermediario que tenga a disposición y pueda hablar el mismo lenguaje que él para abrirle puertas.

Con la receptividad necesaria y paciencia, la persona que hace de canal le irá dando pie a nuevas experimentaciones que a través del despertar de estos otros sentidos, la persona puede ir avanzando poco a poco, al ritmo que pueda llevar según su grado de evolución.

Desearlo con fuerza, ser honesto con la consciencia, querer desprenderse de los miedos serán condiciones necesarias para este tipo de conexión.

Los Seres de Luz jamás nos impondrán nada, ellos se mueven con la fuerza del Amor que es el siguiente paso en el que deberemos entrar después de nuestra apertura y es fundamental para seguir. Nos dejarán ser los protagonistas absolutos, los iniciadores de nuestro contacto, los que inciemos el diálogo.

Ellos no actúan así por falta de facultades, podrían sensibilizarnos de manera espectacular y rápida y transmitirnos todo tipo de informaciones, llevarnos de la mano… sería técnicamente sencillo. Sólo van a intervenir en seres humanos que estén dispuestos a escuchar, espiritualmente abiertos y con capacidad de decisión y voluntad.


¿Qué quiere decir que una persona es 'canal’?

Es una persona normal y corriente como tú y como yo, con una vida absolutamente normal que no prodiga necesariamente ninguna fe ni religión.

Es un intermediario entre la Luz y las otras personas, con una percepción mucho más sensible.

Esta facultad no se debe a la suerte ni a la casualidad ni al azar. Es una capacidad que tiene la persona de por sí de poder ser transmisor. Se activa a distintos niveles vibratorios y la persona tiene que aprender a ajustar esto, elevando su frecuencia de manera constante.

La persona que es canal debe tener especial atención a una serie de detalles importantes.

Tiene que tener un nivel de consciencia elevado para estar en sintonía con las entidades de Luz, sino la inercia lo llevará a dimensiones más densas.

Tiene que tener una capacidad de apertura más allá de lo normal para captar los mensajes y las sutilezas para ser fiel a la prolongación de los mensajes desde la Luz.

Tiene que tener en cuenta que lo que se le da no es para él. El es el transmisor como una radio que pilla una frecuencia de onda y que la emite a un público o como el televisor que emite los canales, por lo tanto, este quehacer no tiene sentido si se lo queda para sí mismo. Lo tiene para ponerlo al servicio de los demás.

Para estar afinado con la Luz y no entrar en vibración densa, la persona debe sentirse en equilibrio, en paz con uno mismo y detectar las trampas de la mente, del ego, que le pedirán protagonismo, apartar lo que puede suponer esta capacidad para su bien, ya que el simple hecho de tenerlo, la propia Luz ya le va suministrando cuanto necesita en todos los planos.

Si no respeta estas mínimas normas, la propia Luz le retirará esta capacidad y dejará de ser canal. No como castigo, sino porque no se ajusta y debe aprender.

Es importante que poco a poco se vaya integrando a la fuerza del Amor.

La propia Luz, el Amor lo lleva a la pureza, todo lo que le llegue será con esta intención como intermediario o como beneficiario.

No hay que olvidar, estando en este mundo material, que tenemos la razón, el intelecto y no deberíamos olvidar hacer uso de ellos intentando acercarnos con la máxima humildad en nuestras tareas.

Entender que es estar al servicio de la Luz y que no se es la Luz, es básico, como lo es no quedarse colgado de los tránsitos en los que nos podemos encontrar y son tan atractivos, que algunos se ven abandonando responsabilidades familiares, etc... Y cuando se da esto, hemos perdido el objetivo principal.

Se es un portador de la Luz y nada justifica que esto sea alimento para el ego ni tampoco olvidar nuestra vida diaria ni nuestro entorno con los seres que nos acompañan.

Somos como una tubería que conduce el agua, como el cable que conduce la electricidad, como el fax que emite el documento. No somos ni el agua, ni la electricidad, ni la información que se suministra, aunque formamos parte de ella como todo ser humano, el canal es canal y cuando funciona como canal es simple y llanamente canal… Si se entiende de otra manera, siento decirlo pero no vamos bien.

La práctica de ser un canal no se trata de un juego en el que hacer alarde en sociedad ni debería servir para la búsqueda de sensaciones fuertes. Es una opción para tener una puerta abierta hacia una dimensión que por lo general consideramos cerrada y se abre para que despertemos nuestra consciencia.

El canal no es canal para la videncia ni para predecir el futuro, sino para ayudar por medio de informaciones que de otra manera no llegarían.

Quien asume la función de ser canal debe estar muy atento para no confundir de donde vienen las informaciones. Pueden venir de la voz interior que tenemos dentro, de las ganas de que suceda, de desencarnados que en aquel momento pasan información… pueden ser muchas las fuentes que no tengan nada que ver.

Un canal nunca pregunta sobre sí mismo. Ya posee una intuición desarrollada que le habla y todas las respuestas están en su interior.

Para ser canal, tiene que haber un estado de vacío previo en sí mismo que es de lo más complicado, porque estamos acostumbrados a una constante verborrea interna y externa.

El único cambio que contempla la vida de una persona que es canal es la ascensión de su alma. Su entorno se ve beneficiado en generosidad. Los seres que le acompañan persiguen sus avances sin que la persona que hace de canal actúe buscando brillo en las experiencias de su vida, incluso puede que ni lo comente.

El canal da paz, disipa dudas, preocupaciones, relaja con sus mensajes y resitúa, es un gran intermediario en muchas facetas. Es la escucha de una inteligencia superior. El mismo resuelve sus inquietudes y miedos a medida que va pasando el tiempo, acogiéndose a su estado de vacío para llenarse de Luz, tocando al individuo en lo más íntimo.

Los mensajes que se van recibiendo nos llegan a través de un canal que tiene cierta densificación, es decir, es un ser humano, forma parte del mundo material. No constituye La Verdad. Suelen ser informaciones parciales, adaptadas a situaciones, a la personalidad y a la cultura del canal y además, a posteriori, es interpretada a varios niveles antes de que se materialice.

Es una verdad con muchos filtros.

Los Seres de Luz antes de emitir también son destilados para acercarse al canal y éste, según su grado de evolución, da información.

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